lunes, 4 de marzo de 2013

OP: Andalucía, gran balance.

La celebración del Día de Andalucía ha servido para comprobar la vitalidad de Andalucía. Nunca ha sido fácil doblegar el espíritu andaluz, pero está enorme. No importa que las cosas vayan mal; aquí siempre hay ánimo para una fiesta. Todo un carácter. Ahí está la celebración del 28 de Febrero en La Maestranza.  Un millón y medio de parados, un tejido industrial roto, un sistema educativo desnervado, unos servicios públicos hechos añico… pero ni siquiera eso puede estropear un buen sarao. Qué carajo. Daba gusto ver esa ceremonia de la autoestima.

Y por supuesto no hay que escatimar. El Gobierno andaluz incluso ha puesto casi cuarenta mil euros para pagar un Trending Topic en Twitter; el equivalente 2.0 de Andalucía Imparable o Andalucía 10. Aquí nunca falta dinero cuando se trata de dar una alegría a los andaluces; y sí, habrá paro y recortes, pero a ver quién les quita la satisfacción de ser ‘trending topic’. Y además lo importante no es la cifra –solo son un par de puestos de trabajo, qué demonios- sino el lujo de responder a la pregunta ¿pero qué promocionaban exactamente? Pues nada. Eso es lo mejor. Andalucía no necesita servicios, industria o bienestar; aquí se vende el lujo de no vender nada.

Y por supuesto una manifestación. Para la izquierda no se entiende una fiesta sin apuntarse a una buena manifestación; como le pasa a la derecha con sus misas y desfiles. Así que los dirigentes socialistas y comunistas han disfrutado de estar a la vez en el Gobierno que hace recortes y en las protestas contra los recortes. Sin verle ninguna contradicción a eso. Han llevado de lujo estar a la vez en la pancarta y en La Maestranza. Así es el alma del lugar: a quién le importa la lógica.

También le han dado una medalla a un chico asesinado hace treinta y siete años, en los últimos días heroicos del andalucismo. Así que finalmente parecía un homenaje al retraso andaluz. Una medalla treinta y tantos años tarde. Esto es Andalucía.

Y el icono de la fiesta ha sido Antonio Banderas.  Si la política es un espectáculo, quién mejor que una estrella del espectáculo. Hizo un bonito discurso, aunque inútil en términos políticos. Eso podía haber resultado incómodo: quien no puede hacer nada, dice cosas sensatas; y quienes pueden hacer algo, no dicen nada sensato. Banderas hizo el discurso que esos dirigentes políticos no quieren o no pueden hacer, pero ellos, lejos de sonrojarse, salieron henchidos de orgullo. Qué cosas. Es como si hubieran fichado a su propio Beppe Grillo. Y mientras esté con ellos, no está contra ellos.

Tras la fiesta de Andalucía, queda un gran balance. Contentos con su trending topic, sus medallas, su automanifestación y su Beppe Grillo. Todo bajo control: en 30 años el PIB por habitante ha pasado de estar en el 74,2% de la media nacional al 75,5%. Y aquí, como reflejan las encuestas, no pasa nada.

Opinión de Teodoro León Gross para el diario Sur.