lunes, 2 de marzo de 2015

Almería pide su independencia.

Varios cientos de almerienses reivindican en La Rambla que “Almería no es Andalucía”
Acción por Almería pide la posibilidad de constituir una Comunidad autónoma uniprovincial en Almería
La Voz de Almería 02/03/2015 - 20:52

Más de doscientos almerienses de todas las edades, ideologías y procedencias se concentraban en la plaza de las Velas de Almería en un acto reivindicativo de la Asociación almeriensista Acción por Almería para proclamar que el mejor futuro para Almería es la constitución de una comunidad autónoma uniprovincial.

La convocatoria tuvo lugar en la plaza de las Velas, en la parte baja de la avenida Federico García Lorca y consistió en la lectura de dos discursos por parte de miembros de esta asociación. Comenzó Silvia Rodríguez recordando el estrepitoso fracaso del referéndum del 28 de febrero de 1980 en el cual se ninguneo la voluntad popular en la provincia de Almería.

Rodríguez ha repasado toda la normativa en la que se basó el referéndum de autonomía andaluz y ha afirmado “Las fuerzas políticas, de espaldas a la sociedad almeriense de entonces, y en un absoluto desprecio al Ordenamiento Jurídico Constitucional, se centraron en una serie de negociaciones e intentonas legislativas, con el propósito de dar salida a lo que se llamó el desbloqueo almeriense.”

En este sentido ha continuado “porque fue a través de una Ley Orgánica, norma de rango inferior a la Constitución, aprobada en el Congreso de los Diputados y el Senado, la trampa que emplearon para abortar la voluntad electoral de los almerienses. De esta forma, unos cuantos decidieron integrar de manera forzada, de manera tramposa, de manera chapucera, a nuestra provincia en la estructura política de Andalucía.”

Para finalizar Rodríguez ha expresado su repulsa por la celebración de esta triste efeméride en Almería “Creemos que es de justicia recordar hoy aquella estafa, aquel 28F, día del Pucherazo Andaluz.”

Acto seguido tomó la palabra Germán Manrique quien leyó varios de los puntos del manifiesto fundacional de la asociación regionalista en los que se denuncia la flagrante vulneración constitucional que para Almería supuso el 28 de Febrero de 1980 y la marginación y los continuos agravios a los diferentes gobiernos de la Junta someten a la provincia de Almería. Es por ello por lo que el socio de Acción por Almería reclamó a los representantes políticos almerienses “que miren a sus ciudadanos más que a sus partidos. Que tomen la bandera del regionalismo almeriense y luchen por su tierra.”

Manrique añadió “No queremos un conflicto con nuestros vecinos andaluces, no queremos la desintegración de Andalucía, ni que los andaluces pierdan o cambien su idiosincrasia y su rica cultura.” Exigiendo “el derecho que como españoles nos otorga la Constitución. Que no es otro que la posibilidad de constituir una Comunidad autónoma uniprovincial en Almería.”

Para concluir el acto se lanzaron varios vítores por Almería mientras que decenas de banderas de San Jorge ondeaban en esta céntrica plaza de la capital.

domingo, 1 de marzo de 2015

OP: Esta normalidad tan anormal.

La normalidad es un concepto relativo. En el Polo Norte, normalidad es el termómetro bajo cero; y en el Caribe, la normalidad son veintitantos. En definitiva normalidad es aquello que se ajusta a su estado natural o a unas condiciones establecidas. Claro que también es un hecho cultural. Por eso la normalidad en Suecia es la sociedad igualitaria, pero en Afganistán se practica la humillación de la mujer como normalidad. Y hay otros factores. De ahí que la normalidad en Japón o España es vivir más de ochenta años; pero en Sierra Leona lo normal es no cumplir cincuenta. Para hablar de normalidad necesariamente hay que situarse en un lugar, en un tiempo, en unas circunstancias. Y cuando la presidenta andaluza anunciaba en enero el comienzo de las clases en La Cónsula «con total normalidad» hay que situarse en Andalucía/2015, porque sólo así se puede entender. En ningún otro lugar de España, quizá de Europa occidental, sería normal afirmar que es normal que las clases de una escuela de hostelería excepcional comiencen con cuatro meses de retraso, sin restaurante, sin pagar a los profesores, sin avisar a los alumnos, sin clases prácticas, sin servicio de limpieza de modo que los estudiantes han fregado ellos hasta ponerse en huelga indefinida. De hecho en cualquier otro lugar esto sería considerado un fracaso bananero de una ineficacia tercermundista, un espectáculo inmoral de la administración con los recursos públicos, en definitiva cualquier cosa menos normal. En Andalucía, en cambio, para la presidenta es, sin más, 'la normalidad'.

Este es un asunto bastante simple: lo que no se puede entender en un lugar, en otro sí. Y si la vergüenza de La Cónsula puede calificarse aquí de 'normalidad', quizá se entienda mejor que en Andalucía se haya llegado a asimilar que es normal ocupar el furgón de cola en casi todos los rankings. Que la normalidad es que haya un desempleo del 34%, más incluso que Ceuta y Melilla. En País Vasco o Navarra está en la mitad, pero allí, porque aquí un 34% es normal, y toca resignarse. También la normalidad es que en la tabla de médicos por habitante, de la que suele presumir la presidenta, Andalucía sólo supere a Melilla. En la reserva espiritual del Estado del Bienestar, de hecho, el gasto para atención a gente sin hogar es crítico, menos de la mitad del promedio en España. Otra de nuestras normalidades. Y que la comunidad menos desarrollada, bajo el 75% del PIB per cápita nacional, sea la comunidad con más impuestos, y que paga más por sus impuestos. Y que los escándalos con fondos para el empleo no hayan tumbado al gabinete. También eso es aquí la normalidad. Tal vez por eso esta comunidad, refractaria a la crítica desde sus complacencias narcisistas, sea inmune a la alternancia política. Y especialmente esta semana, en víspera del 28F, la normalidad es proclamar ¡Viva Andalucía!

Opinión de Teodoro León Gross para el diario Sur