La celebración del Día de Andalucía ha servido para comprobar la
vitalidad de Andalucía. Nunca ha sido fácil doblegar el espíritu
andaluz, pero está enorme. No importa que las cosas vayan mal; aquí
siempre hay ánimo para una fiesta. Todo un carácter. Ahí está la
celebración del 28 de Febrero en La Maestranza. Un millón y medio de
parados, un tejido industrial roto, un sistema educativo desnervado,
unos servicios públicos hechos añico… pero ni siquiera eso puede
estropear un buen sarao. Qué carajo. Daba gusto ver esa ceremonia de la
autoestima.
Y por supuesto no hay que escatimar. El Gobierno andaluz incluso ha
puesto casi cuarenta mil euros para pagar un Trending Topic en Twitter;
el equivalente 2.0 de Andalucía Imparable o Andalucía 10. Aquí nunca
falta dinero cuando se trata de dar una alegría a los andaluces; y sí,
habrá paro y recortes, pero a ver quién les quita la satisfacción de ser
‘trending topic’. Y además lo importante no es la cifra –solo son un
par de puestos de trabajo, qué demonios- sino el lujo de responder a la
pregunta ¿pero qué promocionaban exactamente? Pues nada. Eso es lo
mejor. Andalucía no necesita servicios, industria o bienestar; aquí se
vende el lujo de no vender nada.
Y por supuesto una manifestación. Para la izquierda no se entiende
una fiesta sin apuntarse a una buena manifestación; como le pasa a la
derecha con sus misas y desfiles. Así que los dirigentes socialistas y
comunistas han disfrutado de estar a la vez en el Gobierno que hace
recortes y en las protestas contra los recortes. Sin verle ninguna
contradicción a eso. Han llevado de lujo estar a la vez en la pancarta y
en La Maestranza. Así es el alma del lugar: a quién le importa la
lógica.
También le han dado una medalla a un chico asesinado hace treinta y
siete años, en los últimos días heroicos del andalucismo. Así que
finalmente parecía un homenaje al retraso andaluz. Una medalla treinta y
tantos años tarde. Esto es Andalucía.
Y el icono de la fiesta ha sido Antonio Banderas. Si la política es
un espectáculo, quién mejor que una estrella del espectáculo. Hizo un
bonito discurso, aunque inútil en términos políticos. Eso podía haber
resultado incómodo: quien no puede hacer nada, dice cosas sensatas; y
quienes pueden hacer algo, no dicen nada sensato. Banderas hizo el
discurso que esos dirigentes políticos no quieren o no pueden hacer,
pero ellos, lejos de sonrojarse, salieron henchidos de orgullo. Qué
cosas. Es como si hubieran fichado a su propio Beppe Grillo. Y mientras
esté con ellos, no está contra ellos.
Tras la fiesta de Andalucía, queda un gran balance. Contentos con su
trending topic, sus medallas, su automanifestación y su Beppe Grillo.
Todo bajo control: en 30 años el PIB por habitante ha pasado de estar en
el 74,2% de la media nacional al 75,5%. Y aquí, como reflejan las
encuestas, no pasa nada.
Opinión de Teodoro León Gross para el diario Sur.
Ojalá un día tengamos una comunidad independiente (Almería, Granada y Málaga. Puede que más Jaén, pero ¡nunca sin Málaga!)
ResponderEliminarNo somoh andaluseh. Somos granaínos.
Por una Granada de verdad no integrada en este invento flamenco-gadiatano-sevillano llamada Andalucía.
Un Saludo.
Perdón por la tardanza en publicar el comentario.
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ResponderEliminarPerdón por la tardanza en publicar el enlace.
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