viernes, 17 de septiembre de 2010

Antequera conmemora el sexto centenario de su reconquista.

«Que nos salga el sol por Antequera y que sea lo que Dios quiera». Cuenta la leyenda que el entonces pretendiente a la Corona de Aragón y regente de Castilla, el Infante don Fernando de la casa de Trastámara, pronunció la frase antes del asalto a esta ciudad que llevaba casi siete siglos de ocupación musulmana. El 16 de septiembre de 1410, el también conocido con el sobrenombre de El Justo alcanzaba por fin el primer anillo de la antigua medina Antaquira, culminando una gesta sin igual que aún hoy es recordada, sobre todo por sus habitantes, quienes durante estos días rememoran con un sinfín de actos el sexto centenario de la incorporación de Antequera a la corona de Castilla y la proclamación de Santa Eufemia como patrona.

El triunfo sobre la ciudad árabe situada a los pies de El Torcal pronto se conoció en todos los rincones de los territorios castellano y aragonés y no tardó en llegar a oídos de otros monarcas cristianos europeos, ya que supuso el inicio por parte de Castilla, y tras un periodo de calma, de las hostilidades contra los musulmanes. Tras las conquistas de Sevilla y Jaén en el siglo XIII, Antequera se había convertido en una llave para el reino de Granada. Su ubicación estratégica la situaba como un enclave decisivo en la expansión de la política territorial del Infante don Fernando contra el emirato nazarí, regido por Yusuf III, y por eso se intentó ganar en varias ocasiones.

El director del Archivo Histórico Municipal de Antequera, José Escalante, recuerda que hubo campañas en 1319, 1326, 1339. Pedro I el Cruel realizaría la más señalada en 1361 al conseguir llegar ante la medina Antaquira. Sin embargo, el sistema de murallas de la fortaleza árabe le hizo retroceder. En 1403 hay un nuevo intento que no alcanzó el éxito. Lo guió el propio Fernando de Trastámara, quien tuvo que «desistir también por carecer de la infraestructura necesaria».

Escalante apunta que entre finales de 1409 y principios de 1410 se realiza otra campaña de hacinamiento a todo el reino nazarí, decidiéndose tomar Antequera. En abril de 1410 las tropas castellanas se asentaron en el entorno de la medina para alcanzar el objetivo, «iniciando un cerco con vistas a mermar la defensa de la ciudad». La campaña de asedio fue larga. Fueron casi seis meses de luchas caballerescas recogidas por distintos autores en cancioneros y que inspiraron numerosas leyendas.

Las tropas del Infante don Fernando establecieron inicialmente un campamento en el cerro de Veracruz, hoy inserto en plena ciudad, pero antaño dibujado como una colina en las afueras de la medina. El director del Archivo antequerano explica que aún los límites de la Antaquira árabe no están definidos, pero que las últimas excavaciones apuntan que eran mayores de lo que inicialmente algunos historiadores locales consideraron. El del cerro de Veracruz, que durante años se llamó el cerro del Infante, fue el primero de otros campamentos que se levantaron apenas 15 ó 20 días después. El principal se ubicó en la zona donde mucho tiempo después se levantó el mercado de abasto de Antequera y el convento de San Francisco, pero también hubo otros asentamientos de las tropas en un cerro próximo a la actual iglesia de San Juan y otro en el de San Cristóbal, teniendo así un control de la población musulmana. Aquellos campamentos que rodeaban la medina dieron lugar a numerosas batallas. El asedio a la fortaleza de Antequera era cada vez mayor hasta que el 16 de septiembre de 1410 las tropas del futuro Rey de Aragón, llamado desde entonces Fernando de Antequera, saltaron el primero de los dos anillos de murallas de la ciudad, provocando la retirada de las tropas musulmanas hasta la alcazaba, que poseía también un anillo.

José Escalante, gran conocedor de la historia local, asegura que el asalto se produjo en el entorno de lo que es hoy la plaza de El Carmen, donde existe precisamente una torre llamada El Asalto. «Es por ahí, según las crónicas, por donde se pudo entrar a través de una torre especial que se fabricó para ello. Era la parte más débil», puntualiza. Por esa brecha traspasaron el resto de las tropas hasta alcanzar la alcazaba. Antequera había sido conquistada por los cristianos, quienes tenían como costumbre agradecer a los santos su intervención en el rescate de una ciudad del dominio de los musulmanes designando como patrón al santo cuya festividad coincidiera con la victoria. Según explica Escalante, el 16 de septiembre conmemora la iglesia católica la festividad de los santos Cornelio, Cipriano, Geminiano, Lucía y Eufemia de Calcedonia, por lo que se decidió que la suerte eligiese a uno de ellos. Salió Santa Eufemia, desde entonces patrona de la ciudad.

Pocos días después de aquel 16, los musulmanes se rindieron, entregando como símbolo las llaves de la ciudad a la corona de Castilla. Los tres mil habitantes que sobrevivieron a aquella gran batalla abandonaron la antigua medina árabe para trasladarse al reino de Granada. Dicen que se asentaron en el barrio que hoy se llama la Antequeruela. Artículo del diario Sur.


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